El invisible resumen por capítulos
Un joven se despierta en una habitación de un hospital y siente como si un elefante se
sentara encima de él, oprimiéndole el pecho y la respiración. También siente una mano en
la pierna que no le suelta. (Es la mano de la madre)
Todos los capítulos del invisible resumidos
La chica de las cien pulseras
Por otro lado, una chica con cien pulseras en el brazo es incapaz de dormir por las noches mirando fotos antiguas.
El rostro de la cicatriz en la ceja
Otro joven lleno de remordimientos que no le dejan vivir, observa y recuerda como esa cicatriz que ahora ocupa su ceja apareció.
A diferencia de la chica de las cien pulseras, él sí fue a visitarlo al hospital,
pero fue una visita incómoda que se limitó a unas pocas palabras y la entrega de un regalo.
La mano en ningún momento la suelta a pesar de que al cuerpo que pertenece se
encuentra totalmente dormido, ahora sí, el chico exinvisible se atreve a decir: “Mamá, te
quiero”.
La madre
Una madre, ahora incapaz de descansar por las noches,
pensando arrepentida en qué momento dejó de ver a su hijo. A pesar de todo, sonríe al
escuchar decir “te quiero”.
La chica de las cien pulseras II
Al amanecer, le dice a su madre que hoy irá a verle, a pesar de que ambas sabían que no estaba preparada.
En el hospital, la madre se despierta y el hijo le miente haciéndole creer que no se ha
despertado en toda la noche. Después de que el chico se asee, la madre le recuerda la
visita que no quiere recibir.
El chico de la cicatriz
La conversación del hospital no se limita a
otra cosa que el regalo, incómodos, ninguno de los dos habla. Nadie habla tampoco del
accidente.
La visita
Durante la cena del día anterior, los padres le comentan que mañana vendrá un psicólogo a visitarlo. Al joven no le ha hecho ninguna gracia, pues no sabe qué contar. A la mañana siguiente, llama a la puerta.
Ella
La psicóloga entra por la puerta. Él le advierte que es un chico normal, o al menos antes de hacerse invisible. Se queda callado, no quiere contarlo.
El niño de los 9 dedos y medio
El niño de los 9 dedos y medio está asustado, pero nunca lo admitirá. Por otro lado, el niño exinvisible está tratando de convencer a su psicóloga que es tan normal como cualquiera de sus compañeros. Aunque él sí sabe que tiene un defecto que lo ha llevado al hospital, pero este no se ve a simple
vista.
La niña de las cien pulseras III
Está muy nerviosa, poco a poco quedan menos horas y no sabe si conseguirá darle la carta. Por otro lado, en el hospital, la cita con la psicóloga ha acabado, sus padres están hablando con ella fuera. Él no le ha mencionado nada de que ha sido invisible ni a la psicóloga ni a sus padres.
Ambos padres se preguntan qué le pasó a su hijo, no es solo el accidente, sino cicatrices antiguas en su
espalda. La madre se ha dormido y el joven leía hasta que ha llegado la visita de su hermana Luna.
Luna
La hermana ha entrado entusiasmada al ver al hermano, ella es la única que siempre ha podido verlo. Tras jugar durante 1 hora se va, pero antes de ir le menciona que ha perdido su peluche, a lo que su hermano le contesta que sabe dónde está y al salir la irán a buscar.
Al irse, madre e hijo se quedan solos hasta la llegada de una visita que ha dejado nerviosa a su madre y sin palabras al joven.
Kiri, ¿y yo?
Kiri y su madre han entrado y tras una conversación incómoda, ambas madres han salido. Kiri, solamente lo ha agarrado con fuerza mientras le insultaba llena de rabia. Tras unos minutos ha salido corriendo de la habitación a lo que la madre del joven ha entrado y ha preguntado. El joven simplemente le ha pedido que le deje en paz. Pero justo cuando la madre nuevamente se va, el chico empieza a gritar de dolor, a
lo cual su madre llama a la enfermera y le abraza.
El niño de la cicatriz en la ceja
Cuando el chico exinvisible se queda dormido debido a una medicación, Zaro se pregunta cómo habrá ido la visita mientras recuerda cómo se hizo la cicatriz que invade su ceja. Esa noche, es su padre
quien duerme en la butaca. El chico piensa que no es justo, que solo le den permisos en el
trabajo cuando pasa algo malo y no para celebrar cualquier cosa.
La noche también cae en la habitación de Kiri, la que se da cuenta de que no estaba preparada para la visita. Cae en la habitación de Zaro que no deja de pensar en el encuentro que habrán tenido sus amigos
y lo mucho que le gusta a él también Kiri. Finalmente, también cae en la de un chico con 9 dedos y medio que tiembla de miedo cada que suena el teléfono.
El chico exinvisible se despierta y vuelve a recordar el encuentro con Kiri y lo mucho que le
gusta ella.
El día
Al llegar la psicóloga, el chico se lo cuenta todo. Le habla de monstruos, de los superpoderes que le han sido otorgados por varias razones. La psicóloga acaba la sesión confundida por lo que acaba de escuchar. El joven está confundido, no es el único capaz de ser invisible. Una vez, en un parque, se encontró con un chaval que hace años también lo era y le cuenta como un dragón muy especial le salvó. Por otro lado, el chico de nueve dedos y medio se mantiene nervioso pensando qué estará ocurriendo en el hospital.
Si el chico habrá contado la verdad o se habrá inventado otra mentira.
El primer monstruo
El primer monstruo apareció por culpa de un examen muy importante y un NO. El chico fue a hacer el examen que había estudiado semanas atrás. Lo completó todo con facilidad. Y mientras acababa el examen escuchó como un chaval le susurraba mientras le pedía las respuestas. El chico no quería dejarse
copiar, contestó un no que cambió su vida y entregó el examen para irse rápido a casa.
NO
El chico volvió corriendo a casa y una vez allí empezó a caminar nervioso por la casa, aquel “no” le iba a salir caro. Más tarde, Zaro y Kiri le escribieron para preguntar por el examen. Pero al cabo de unas horas empezó a recibir amenazas, a lo que decidió apagar el móvil.
El lunes al llegar comienza a mirar a todos lados sin separarse de sus amigos. Miedo, eso
es lo que sentía. Y eso es lo que le gustaba a MM que sus víctimas sientan. Una vez ya en
clase el profesor empieza a dar las notas.
El chico saca la máxima nota mientras que MM solo obtiene un suspenso muy bajo. Los abucheos empiezan y una bola de papel golpea su espalda.
El chico sabe muy bien el remitente. Y en el recreo, el primero de muchos, el chaval de nueve dedos y medio comenzó a dejarle en ridículo delante de todos y tiró el bocadillo. A veces si le gustaban se los comía, y eso el joven lo sabía. Por tanto un día, preparó uno de nocilla pero le añadió veneno para ratas.
Durante el camino al instituto fue creando muchos escenarios que podrían ocurrir, pero ninguno se parecía a lo que realmente pasó.
El matón fue a comérselo, pero el chico lo empujó, evitando que se lo comiera pero creando un motivo más para que lo odiara. Ese mismo día, tras despedirse de sus amigos, el matón le agredió al protagonista. Y al acabar la pelea el joven fue corriendo a su escondite a desahogarse para luego volver a casa. Por otro lado, la profesora, corrigiendo el examen del excelente protagonista se da cuenta que está suspendido, a lo que falsificó la nota bajo las órdenes del dragón tatuado en su espalda.
El chico avispa
El lunes la profesora trajo corregidos los exámenes. Un reluciente 9,5 puntuaba su examen a pesar de no haber contestado la mitad de preguntas. El chico se extraña. Como cada lunes, Kiri y él volvían solos a casa.
Normalmente, hablaban, pero últimamente ninguno de los 2 decía nada. Kiri no levantó la
vista del móvil al despedirse, algo que hizo daño al chico. Al Kiri entrar en su portal, MM y
sus amigos acorralaron al joven.
Como respuesta, se fue corriendo a un campito y se escondió en un arbusto. Para su sorpresa, en el había un enorme avispero. Pensó que si le picaban obtendría por fin poderes. Así que sin pensar mucho, introdujo la mano y en cuestión de segundos salió dolorido de su escondite mientras un móvil grababa todo el espectáculo para luego difundirlo. El joven no sabía de su alergia a las picaduras de este
animal, por lo que se desmayó y acabó en el hospital.
Eso sirvió de excusa para no ir a clase. Pero al volver a clase, se aseguró de entrar el último para evitar cualquier problema a primera hora. MM estuvo un par de días para meterse con él. Pero la paz no duró mucho, en la clase de historia empezaron a tirarle objetos.
Uno le pegó tan fuerte que el chico sangró, pero antes de darse cuenta, recogió el bolígrafo para devolverle el golpe a MM, sin embargo, le pegó a la novia de este. Un motivo más para pegarle. El profesor le dice que vaya a la enfermería, pero fue al baño a curarse solo. Rompe en llanto al ver su espalda llena de marcas.
Nuevamente, pasaron días sin ningún suceso, por eso, el chico fue solo al baño. Una vez allí se arrepintió, MM y sus amigos entraron y comenzaron a orinarle encima. Nadie tomó importancia a la ausencia de los 4 niños en clase. Kiri sale de clase para buscar a su amigo. Por otro lado, la profesora de literatura va a avisar a la directora que hay un chico siendo acosado. La directora simplemente lo ignora y lo justifica como peleas de niños.
Unos días después tuvieron literatura. MM seguía tirando cosas al chico, el dragón en la espalda de la profesora lo notaba, pero no fue hasta el escupitajo que actuó. Cogió a MM del cuello y una vez en el pasillo tuvo una disputa interminable sobre qué hacer, pero finalmente le soltó. A partir de ese día, el acoso era más virtual que físico.
Días más tarde, cuando nuevamente volvía solo a casa, MM y sus amigos lo acorralaron, y por primera vez, encontró el superpoder que necesitaba. Se hizo invisible delante de sus agresores. Ahí se dio cuenta de que quizás nadie decía nada porque había sido invisible todo este tiempo. Y mientras un niño se va feliz a casa pensando que es invisible, la profesora de lengua está en el despacho rebuscando en el historial del matón.
Cobarde
Al día siguiente la profesora de Lengua entró en clase y escribió la palabra “Cobarde” además de contar una historia que indirectamente mencionaba a MM y al protagonista. Kiri no hace nada por mantenerse cerca del chico avispa a pesar de que ella le quiere. Por otro lado, el chico avispa ya es capaz de hacerse
invisible delante de más gente y más tiempo.
Un día, volviendo a casa pensando que no era visible para nadie, la mano de la profesora se posó en su hombro y le sentó en un banco a hablar. El chico se desahogó, la profesora también lo hizo. Le contó que ella pasó por lo mismo y le enseñó el dragón de su espalda y su significado.
Durante los próximos días, la profesora trata de indirectamente unir las palabras a filosofar con la situación de MM y su víctima, y uno de esos días leyó un cuento que como moraleja dejaba como los problemas que aparentemente no son tuyos pueden pasarte factura.
En aquella clase, varias personas se identificaron con los diferentes personajes del cuento. MM ya se estaba hartando de esa situación en Literatura, no sabía cómo luchar contra las palabras. Poco a poco dejó de agredir al protagonista y se centró en ridiculizarlo virtualmente y aislarlo de sus compañeros.
La técnica de ser invisible estaba funcionando, lo bueno es que ya no le podían ver sus agresores, lo malo es que Kiri tampoco le podía ver.
Empollón
La profesora decidió dedicar toda una clase a filosofar la palabra “Empollón” que relacionaba al chico invisible por su principal característica y al chico de nueve dedos y medio por su principal carencia. La profesora empezó a poner escenarios sobre cómo alguien ayudó a los diferentes alumnos de clase con el único objetivo de contar de forma anónima el caso de MM.
Este solo salió de clase con los ojos húmedos. No se le volvió a ver en los próximos días, al igual que al protagonista, que a pesar de asistir presencialmente a clase ya nadie le veía. Al cabo de tres días, el chico de nueve dedos y medio le esperó en un callejón.
El chico invisible, pensando que nadie le ve, se orina encima por el miedo antes de ir corriendo a casa. Ya no siente motivo para seguir viviendo. Aquella misma noche, con una tormenta que asusta a Luna, le cuenta un cuento sobre un chico que nadie quería. Lo que Luna no sabía es que su hermano era el
protagonista.
A la mañana siguiente no va al instituto, y antes de salir de casa memoriza todos los objetos y recuerdos de la casa, no va a volver. Coge la mochila y una oveja de peluche. Llega a un túnel donde quema todos sus apuntes. Más tarde, camina con equilibrio sobre unas vías. Segundos después, ve una luz acercándose al mismo tiempo que una bocina advirtiendo su llegada. Sin embargo, no se mueve, y sus recuerdos invaden scabeza 10 segundos antes de la catástrofe.
Al mismo tiempo, la profesora de Literatura sale corriendo a salvar la vida del chaval. Ella no llega a tiempo, pero el recuerdo de su hermana es suficiente para apartarse ligeramente de la vía, pero el impacto llega igual. Por suerte, no lo suficiente fuerte para quitarle la vida. La profesora lee un gran número de nombres, los
culpables de aquel accidente. MM no tenía la culpa, o al menos no toda. La culpa era de
toda aquella gente que veía lo que sucedía, pero no decía nada, omitiendo la visibilidad de
aquella vida inocente.
Visible
A partir del sonido de las ambulancias, todo el mundo vuelve a
ver al chico. Compañeros, amigos, familiares, periodistas, desconocidos…, todos le vuelven
a ver.
Fuente: Xisca Amengual Puigserver 3 eso G Curs:2022-2024